Hay algunas de ellas caminando por el mundo que habitamos, algunas veces las puedes reconocer a simple vista, otras veces te toma un poco más de tiempo darte cuenta de que tienes a una de ellas cerca.

Están allí simplemente, no se quejan por nada, todo lo agradecen, no se hacen problemas, expresan sus emociones, saben lo que quieren, se retiran si no se sienten a gusto, no ocupan espacio, no se hacen notar cuando están presentes…pero hay que saber asimilar el enorme vacío que dejan cuando deciden irse.

Son como seres de otro planeta habitando este mundo y disfrutando cada uno de los días de sus vidas como si fuese realmente el último, te dan la sensación de que son increíblemente sabios y uno llega a convencerse de que los animales son capaces de entenderlos y hay más aún… ellos, entienden a los animales también.

Son así por elección permanente, son “Personas Felices”, todos lo somos en momentos de nuestras vidas que todavía nos resistimos a identificar.

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